miércoles, 30 de enero de 2013

Reservas de la Biosfera en Aragón: el momento de la ampliación

El pasado verano fue nombrado, a propuesta del Gobierno de Aragón, a Javier del Valle como representante de Aragón en el comité científico español del programa MaB (Man and Biosphere) de Unesco. Se trata del programa que se encarga de declarar y supervisar las Reservas de la Biosfera, figura que pretende desarrollar en los territorios así declarados experiencias de desarrollo sostenible en las que se compatibilice la protección de sus valores naturales con el desarrollo socioeconómico de la población que vive en ellas.
Actualmente en Aragón solamente existe una Reserva de la Biosfera, la de Ordesa – Viñamala, declarada en 1977 y que abarca buena parte del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el valle de Bujaruelo, amplios territorios del macizo de Panticosa y el valle del Aguas Limpias hasta una superficie total de casi 51.400 has.

Figura 1: Límites actuales de la R.B. de Ordesa – Viñamala.

Dicha reserva está en proceso de ampliación y de actualización con el objetivo de cumplir lo establecido en la Estrategia de Madrid y en el Plan de Acción de Servilla para las Reservas de la Biosfera. En la nueva propuesta se incluyen zonas núcleo,
tampón y transición, además de varios núcleos de población en su interior lo que le permite cumplir lo propuesto por los documentos mencionados.
La propuesta de ampliación incluye algo más de 117.000 has e incorpora en su totalidad el Parque Nacional de Ordesa, el Monumento Natural de los glaciares pirenaicos, la margen derecha del Gállego desde su nacimiento hasta Biescas, amplios territorios al Sur de Biescas, Yésero y Broto, el valle de Pineta y la cabecera del Barrosa y buena parte de los municipios de Puértolas y Tella-Sin

Figura 2: Límites de la ampliación propuesta de la R.B. de Ordesa – Viñamala.

La propuesta de ampliación ya ha sido aprobada en el comité científico español del programa MaB y también en el comité español MaB, por lo que actualmente sólo queda la aprobación desde la sede de Unesco en París.
Se trata de una propuesta consensuada con los alcaldes de los 11 municipios afectados y ya cuenta con un plan de gestión elaborado por el Gobierno de Aragón.
Su aprobación definitiva sin duda será una buena noticia para Aragón al significar un avance en la protección de los enormes valores naturales del Pirineo central al permitir y facilitar el desarrollo de políticas y actividades encaminadas al desarrollo sostenible que afecten tanto a las poblaciones como a las actividades económicas desarrolladas en su interior (turismo, esquí, montañismo, balnearios, ganadería, etc.).
Dentro de la nueva delimitación existen lugares de altísimo valor natural como algunos de los glaciares pirenaicos existentes ( los únicos que quedan en España), valles glaciares como Ordesa o Pineta, Macizos graníticos como el de Panticosa, profundas gargantas fluviales como Añisclo y Escuaín o el macizo calcáreo más elevado de Europa: el de Monte Perdido.

Figura 3: macizo de Panticosa desde Baciás, Al fondo a la dcha macizo de Viñamala. Zona tampón. 
Foto: J. del Valle.

Figura 4: Glaciares superior e inferior de Monte Perdido. Zona núcleo de la Reserva propuesta. 
Foto: J. del Valle

Actualmente existe una iniciativa muy interesante para solicitar la creación de una nueva Reserva de la Biosfera en la Sierra de la Carrodilla y su entorno, que abarca diversos términos municipales de las comarcas de La Ribagorza, Cinca Medio, La Litera y el Somontano. Se trata de una zona prepirenaica de alturas modestas pero de una enorme varidad paisajística y biodiversidad, pues engloba lugares tan interesantes
como la propia sierra de la Carrodilla y sus bosques mediterráneos, los congostos de Ólvena, las Balsas de Estaña o la parte aragonesa de los desfiladeros del Noguera Ribagorzana, además de lugares de gran valor cultural y patrimonial.
Figura 5: puente del Diablo en el congosto de Ólvena. 
Foto: J. del Valle.

Quizá lo más meritorio de la propuesta es que parte de la propia población y de algunos representantes políticos de la zona, que son quienes han buscado, y conseguido, el apoyo del Gobierno de Aragón, por lo que el consenso es más sencillo.
Quizá sea un poco prematuro, pero dadas las características de la zona una posible declaración de Reserva de la Biosfera podría redundar en un beneficio turístico en un territorio que está acostumbrado ser tierra de paso más que destino, y quizá también algunas producciones agroalimentarias, como miel, aceite, longaniza y otros embutidos, podrían beneficiarse de la posible declaración como Reserva.
Ambas iniciativas, tanto la de ampliación de la Reserva de Ordesa – Viñamala como la de la solicitud de la Reserva de la Biosfera en la Sierra de la Carrodilla y entorno sin duda son avances notables en el necesario equilibrio entre el desarrollo socioeconómico y la conservación de los valores naturales de un territorio tan amplio, variado, biodiverso y atractivo como Aragón.

Javier del Valle
Doctor en Geografía
Máster en Educación Ambiental
Ingeniería del Medio Ambiente, 

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